Valentía y felicidad

Hace unas cuantas semanas que estoy leyendo «de a ratitos», cada vez que puedo robarme unos minutos aquí y allá un libro que me tiene deslumbrada. Se trata de La Ciencia de la Supervivencia, de uno de mis autores favoritos: L. Ronald Hubbard. El libro presenta un estudio extraordinariamente exhaustivo sobre la conducta humana, con un nivel de detalle tan impresionante que permite predecirla. De hecho, «La predicción del comportamiento humano» es el subítulo del libro. Así es que para cualquier habitante de este planeta este libro viene a ser una herramienta más que imprescindible.

Uno de los capítulos que más me ha impresionado es el del nivel de valentía que se encuentra en las personas. Leerlo fue algo fascinante para mí; me di cuenta de muchos cómos, de innumerables por qués…. me puso en «modo de reflexión» por unos cuantos días. Luego de ese tiempo tenía muchas ganas de escribir al respecto, así que aquí está.


Ocurre que la proliferación de superhéroes en el cine, la televisión y los juegos nos tiene cada vez más acostumbrados a pensar en la valentía como el desempeño de actos osados y espectaculares adornados por una buena cuota de efectos especiales visuales y sonoros… Los diccionarios tienen una idea similar, no nos hablan de SUPERhéroes, pero sí de bastante heroísmo. Y no hay que olvidar que, técnicamente hablando, un héroe es nada menos que un semidiós. El inevitable corolario es, entonces, que la inmensa mayoría de nosotros, simples mortales, que no volamos ni tenemos visión láser, ni otros «poderes», quedamos irremediablemente relegados a la categoría de cobardes.

Naturalmente, esto no tiene ningún sentido. Pero ¿qué es, entonces, la valentía? De acuerdo al autor de mi libro, no es más que la fuerza espiritual (interna, no física), necesaria para superar los obstáculos que nos encontramos en esta tarea diaria de sobrevivir; entendiéndose la supervivencia como el principio dinámico (no estático) de la existencia y como tal, como una escala graduada con la supervivencia infinita (la inmortalidad) en la cima y la muerte en el fondo. Todos tenemos un impulso natural hacia arriba, aunque a veces, este impulso se invierte y vamos en la dirección contraria. Sobrevivir es, entonces, tomar y llevar a cabo las decisiones y que nos acercan a la inmortalidad potencial y nos alejan de la muerte. Sucumbir es hacer lo contrario.

Bueno, yo pienso que ni los superhéroes escapan a esa definición de valentía, me parece tremendamente esclarecedora y útil.

Porque hasta un niño puede ver (y hacernos la seña) que hemos sido unos cobardes, unos perdedores, la vez aquella en que abandonamos, cuando nos dejamos vencer, el momento en que permitimos que una o varias barreras del camino nos sacaran del juego.

Por el contrario, cualquier persona puede ver que ha sido valiente cuando ha persistido a pesar de los pesares, hasta lograr un objetivo o una meta que contribuye a su supervivencia y la de los demás. (El concepto de Hubbard de supervivencia incluye a los demás: familia, grupo, humanidad y demás seres vivos. «Nadie sobrevive solo» es una de sus frases más famosas).

Desde este punto de vista, no sólo los «héroes» pueden ser valientes. Esta afirmación elimina de inmediato unas cuantas justificaciones de nuestra lista, pero al mismo tiempo nos da una oportunidad dorada de recobrar algo de nuestra dignidad humana.

Este concepto de valentía, además, es uno a largo plazo, planteando la valentía como algo indisolublemente ligado a la persistencia. Cualquiera es osado en un momento… el desafío verdadero es mantener la osadía a diario, la que requiere de nosotros la vida de todos los días.

¿Y qué tiene todo esto que ver con la felicidad? En palabras del autor:

Tenemos como definición de felicidad, el proceso de superar obstáculos no incognoscibles hacia una meta conocida, o la contemplación momentánea de la tarea terminada. Se puede ver que esta es yba definición de felicidad y, de hecho, esta definición funciona. Pero se requiere valentía si el individuo ha de ser feliz.

De acuerdo a ambas definiciones, la de valentía y la de felicidad, mi conclusión es que la valentía no es más que un impulso hacia la felicidad.

Estoy segura de que jamás te lo habías planteado de esa manera. Y también de que tiene tanto sentido para ti como lo tuvo para mí cuando lo leí por primera vez.

10 pensamientos en “Valentía y felicidad

  1. No dejarse morir es ser valiente.Tomar decisiones es ser valiente.Perseverar es ser valiente.
    Decidir, acertar, equivocarse, no sucumbir,volver a decidir, optar,ser valiente, ser feliz.
    Quienes hacen lo contrario no sólo se equivocan sino que ni tan siquiera viven.Quien no decide no es libre,y quien no es libre por voluntad propia es un cobarde y los cobardes viven en las antípodas de la felicidad.

    No sé que más decir, lo has explicado diáfanamente.

  2. Así es vecino querido. Excelente destilación y extracto. Con un solito «pero»: el (horror) equivocarse (como tú mismo lo corriges más abajo) no forma parte de ser valiente. Equivocarnos es el botón que activa, precisamente, la inversión de la dirección y nos envía –a mayor o menor velocidad, dependiendo de la magnitud del error– en dirección a sucumbir. Y ¡sorpresa! ESA es la razón por la que es tan difícil para la mayoría de las personas primero darse cuenta y luego aceptar que se han equivocado: lo más equivocados que podemos estar es muertos y, al contrario, lo más en lo correcto que podemos estar es ser inmortales… en medio de ambos discurre la vida para cada quien. Lo bueno de esto es que si tú y yo estamos vivitos y coleando, eso indica que hemos estado en lo correcto al menos el 51% de las veces… lo cual no puede decirse de todo el mundo….

    (Naturalmente, esto no significa lo que no significa. Hay personas y escuelas que reivindican con gran furia y ruido «el derecho» de la gente a equivocarse. No me creerías si te digo quienes son… Claro que «tenemos derecho» a equivocarnos. También, a bebernos un vasito de raticida, a creer firmemente en el fascismo y a muchas otras cosas que por su dirección ideológica prefiero no mencionar. El punto es: ¿A dónde lleva a las personas el ejercicio de ese «derecho» a equivocarse? ¿Dónde terminaría si siguiera por ese camino?)

  3. Hola Karen, soy Cris.
    Qué bonita entrada, yo terminé ese libro hace un par de meses y aluciné tanto con él…
    Es un libro que recomiendo a cualquiera, ayuda tremendamente a entender a todo el mundo, cualquier comportamiento es entendible aunque no justificable.
    Es cierto que esa definición de valentía hace que muchas personas que conozco sean «superhéroes» aunque no dispongan de rayos laser, y echa por tierra a los «valientes» que en un ataque de «valentía» se atreven a hacer cosas que para nada contribuyen ni a su supervivencia ni a la del resto de gente que tienen a su alrededor.
    Así que después de leer esto uno se da cuenta de la gran cantidad de gente que tiene alrededor que lucha a diario por la vida con gran valentía.
    Un besote.
    ¡Por cierto, ¿sabes cómo puedo ver si me ha contestado Melchor? en la columna de «puntos de vista» veo como una respuesta pero no puedo acceder de ninguna manera a ella.

  4. Hola Cris, querida ¡qué alegría tenerte de nuevo por acá! Ya he terminado el libro, la palabra que usaste no puede ser mejor escogida, es ¡alucinante! ¡Es difícil entender cómo es que hemos «sobrevivido» hasta ahora sin esos datos!

    No he sabido de Sus Majestades en los últimos días, lo cual no es sorprendente por la época de tanto ajetreo, pero sin duda les responderán muy pronto.

    Besos para ti e Iñaki

  5. Hola Karen, soy Juan el que estaba curioso por tu nombre (en el blog de Clear Santo Domingo), tengo unas cuantas reflexiones que me gustaría agregar.

    En primer lugar no considero que un superheroe al estilo superman sea valiente, si has leido la Iliada, al comienzo durante la discusión con Agamenón, Nestor le dice a Aquiles que el no es valiente, sólo que a él (Aquiles) no lo pueden matar, y así cualquiera hace lo que él hace. Y yo opino lo mismo. Considero que Héctor al final, cuando se enfrenta a Aquiles es más valiente, pues lo enfrentó a pesar de que sabía que no iba a sobrevivir (aunque por supuesto, fue un acto en contra de la primera dinámica).

    Me atrevería a decir que uno de los seres más valientes de los que he tenido noticias es Joseph Merrick conocido como «El Hombre Elefante», quien en vida demostró tener esa «fuerza espiritual» de la que escribiste, su vida es fascinante, y la película sobre él logró emocionarme.

    Respecto al derecho a equivocarse, no sé si podría defenderse un derecho como ese, pero por supuesto que no hay razones para justificarlo, en especial, si esa hipotética persona sabía lo que era correcto y no lo hizo, en ese caso sería negligencia.

    Lo que si podría hacerse, y en esto me uno a Gandhi, es: saber distinguir entre pecado y pecador, y ser capaces de ser duro con el error, y blando con el errador (me permito usar esta expresión que quizá es un barbarismo). Gandhi lo justifica razonando al respecto y su declaración bien vale la pena leerla.

    Espero que mis comentarios hayan contribuido un poco con un tema tan humano y con tantas aristas.

    Saludos.

  6. Hola Juan, eres muy bienvenido a mi blog, siéntete en tu casa por favor. «Leí» La Iliada cuando niña, hace… bueno, hace algunos años, pero no conocía la Tecnología de Estudio y no recuerdo para nada ese diálogo que reseñas… Claro, puede verse de inmediato la sabiduría y la lógica de Homero: tiene toda la razón! La distinción entre el pecado y el pecador, como toda diferenciación, por pura definición, para comenzar, nos acerca a la cordura y en este caso el planteamiento de Gandhi también rebosa no sólo sabiduría, sino esas cantidades industriales de ARC que un hombre como él podía generar. Por eso Gandhi fue tan GRANDE, si vemos la grandeza como se plantea en este video. Gracias por tu punto de vista, regresa cuando quieras.

  7. Hola Milla
    En la parte no visible de mi blog aparece el logo de webwarw 100, por favor, en razón de la limitante del idioma, podrías precisarme si la suscripción a ella está sujeta a algún costo o no?

    Gracias por tu respuesta

    • Hola Ricardo,

      Parece ser que todos tenemos ese loguito de Webware 100 en nuestros paneles de control. Fui a ver y se trata de una invitación de WordPress para que votemos por ellos (ya lo hice, naturalmente) en la categoría Social Networking. Esto es para un ranking anual que se llama así: Webware, patrocinado por CNet, que es uno de los más reconocidos «críticos» o quizá debería llamarle «catadores» de productos, hardware, software, etc.
      :-)

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